“Callejones sin Estrellas”: el escenario como refugio y altavoz
La Sala BBK de Bilbao ha abierto hoy sus puertas para acoger la obra de teatro “Callejones sin Estrellas” de la compañía Mujereando.
La compañía de teatro Mujereando, formada por mujeres que han vivido en situación de sinhogarismo, es una compañía teatral y un proyecto de intervención artística y social. Bajo la dirección de Carmen Tamayo, la compañía se ha consolidado como un referente nacional del Teatro Social y el Teatro Documental, gracias a su propuesta estética, ética y profundamente transformadora.
Tamayo utiliza el teatro como una herramienta terapéutica que visibiliza y da voz a los colectivos más vulnerables, al mismo tiempo que funciona como medio de denuncia y de sensibilización social. Gracias a ello, estas mujeres han podido situarse bajo los focos y tomar la palabra en un escenario, después de haber sido invisibles en la calle.
La obra de teatro “Callejones sin Estrellas” visibiliza que las personas sin hogar también forman parte de la ciudadanía y están amparadas por un estado de derecho. Es una propuesta teatral que nace de manera colectiva partiendo de la premisa “Hogar”, una palabra sobre la que las mujeres que han formado parte del proceso creativo, se han adentrado entre sus costuras y han buceado en su significado, recuerdos, emociones, deseos, añoranzas… Es una propuesta arriesgada y artísticamente muy completa, a la par que reivindicativa y de total actualidad.
La obra, nacida de la experiencia vital de mujeres en situación de exclusión social, ha logrado conmover al público desde el primer instante, mostrando que el teatro puede ser al mismo tiempo refugio, altavoz y herramienta de transformación.
“Callejones Sin Estrellas” invita al público a una reflexión colectiva sobre dignidad, ciudadanía y derecho a ser visto. Más allá de la representación artística, se ha puesto en valor la fuerza del arte como herramienta de denuncia, visibilización y esperanza. La Sala BBK se ha llenado de aplausos, complicidad y miradas rompiendo la barrera entre las artistas y el público.
Y es que, tal y como lo comentaba Carmen Tamayo al presentar la obra, nadie ha salido de la sala como ha entrado.
