«Es más importante lo que no se cuenta en la obra que lo que se cuenta»

Paraiso de los rotos CARTEL 1 1

Patxi Larrea es el actor de la obra de teatro “El paraíso de los rotos”, de la compañía Parena Teatro. Hemos hablado con él sobre el espectáculo.

¿Qué expectativas tenéis de cara al Homeless Film Festival?

Las que se tienen siempre que presentas un espectáculo tanto en un festival como en un teatro: normalmente, con muchas ganas de la recepción del público, de cómo se va a recibir. Además, en este caso es un poco más especial, porque es un festival que encaja muy bien en lo que es la temática propia de la obra. Entonces, digamos que tenemos la expectativa de ver cómo puede funcionar hacia un público que está sensibilizado con toda esta temática. Casualmente, encaja; es la temática propia de la obra.

¿Cuándo se creó esta obra y qué recorrido ha tenido?
La obra se estrenó en mayo. Es decir, tiene todavía un recorrido cortito. En cambio, ha tenido un proceso de creación más largo. Hemos estado un año trabajando con Pep Vila, dándole vueltas a la obra, yendo y viniendo de Girona, que es donde está él instalado. Pero se estrenó en mayo, y hemos tenido seis funciones ahora, en el mes de octubre y noviembre. Los próximos meses seguiremos activamente.

¿Dónde termina todo aquello roto, inservible, quizá defectuoso, quizá no tan defectuoso? ¿Dónde está ese lugar?

En este caso, es una especie de vertedero. Juana y Tomás están en un estercolero o vertedero al que llegan todas las cosas rotas, pero que para ellos es su reino; ellos son los reyes. Ellos dominan ese espacio, son felices, se han adaptado, creen que ahí están bien. Aunque siempre, y de hecho es un poco la temática de la obra, están intentando salir de ese espacio para volver a reinsertarse, por así decir, en la sociedad.

¿Cómo surge la idea de esta obra?
Hicimos un espectáculo hace tres años ya, de calle, en el que los personajes funcionaron muy bien. La historia era un espectáculo de calle, no llevaba más allá, pero los personajes nos gustaron mucho. Por otro lado, coincidió que Lorena y yo habíamos trabajado con Pep Vila no hacía mucho, y de repente dijimos: «Pep trabaja muy bien en el mundo de los personajes. Podríamos hablar con él, a ver qué le parece». Le mandamos el vídeo, le gustó mucho, y a partir de ahí empezamos a trabajar de cero.

Al principio, el espectáculo iba a ser otro totalmente diferente. En las primeras quedadas era todo mucho más bufonesco. La idea era hacer algo mucho más plano, menos profundo, por así decirlo. Eran unos reyes que estaban ahí tirándose los trastos uno al otro todo el rato. Pero, en un momento dado, Pep planteó la posibilidad de meter texto, y ahí empezaron a surgir, de una manera natural, una serie de textos, que tenían que ver con ese mundo oscuro de personajes o personas que han caído en desgracia por x razones.

Entonces surgió la historia, porque la historia en sí misma tampoco es… No es una gran historia, en el sentido de que no narra una cosa muy… De hecho, es más importante lo que no se cuenta en la obra que lo que se cuenta. Es decir, el público se imagina lo que les ha pasado a estos personajes y ellos cuentan un poco, dan un poco a entrever qué es lo que les pudo pasar. Lo que ves son dos personajes que están en un mundo terrible, que creen que son los reyes, que están rotos y que cuestionan a la sociedad desde su rotura, porque acaban diciendo aquella frase fantástica: «En el fondo todos estamos rotos».

Reivindicáis esa figura de bufón también, que ya casi no se reivindica.
Cuesta más, cuesta más. El mundo de bufón siempre es como un mundo extraño. Hoy en día hay mucho bufón en la sociedad, pero digamos que a nivel teatral se ha ido como desdibujando. En este caso se nos fue un poco más al mundo profundo, en el sentido de que plantan delante de la sociedad una realidad muy oscura y muy dura. Lo viven de una manera muy inocente, pero lo plantan ahí y le dicen a la sociedad: «Mira, esto es lo que hay. Esto es el resultado de lo que estamos haciendo con este mundo».

Tenemos un vertedero al que llegan montones de cosas todos los días. Es insalvable todo lo que hay aquí, y hay dos personas que han sido expulsadas de la sociedad, porque no se han comportado como debían. Por lo tanto, tienen que estar expulsados, y no van a ser reinsertados en esta sociedad, a no ser que… Y eso es lo que ellos se plantean, y se excusan, entre comillas, diciendo que vale, muy bien, nosotros estamos rotos, pero vosotros también.

Porque el espectáculo trata de incomodar a veces: «Os estáis riendo de mí, pero en el fondo tenéis que replantearos si esa risa es auténtica, es irreal o os estáis riendo de algo más, incluso de vosotros mismos». En ese sentido es muy bufonesco, ya que es un mundo que te permite decir muchas cosas de una manera muy cómica o muy ligera.